El miércoles el jurado tardó apenas 90 minutos en condenar a Trevor Torreyson por asesinar a Keith Wayne en junio del 2018 durante una noche de consumo excesivo de alcohol en un área de un pequeño parque privado en West Glenwood.

Y eso incluyó el tiempo que le tomó al jurado almorzar antes de entrar en sus deliberaciones luego del juicio de dos semanas.

El caso fue entregado al jurado poco después del mediodía, una vez que Torreyson, quien se representó a sí mismo en el caso, y el fiscal del noveno distrito, Jeff Cheney, concluyeron sus argumentos finales.

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Justo después de las 2 p.m., el juez de distrito de Garfield, James Boyd, regresó a la sala del tribunal, se reinició la sesión de videoconferencia de Webex y el juez anunció que el jurado había llegado a un veredicto.

Torreyson, de 46 años, fue declarado culpable por decisión unánime del jurado del único cargo de asesinato en primer grado. Es probable que Torreyson sea sentenciado a cadena perpetua, aunque preguntó después de que el jurado fuera despachado sobre su derecho a apelar.

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La sentencia formal está programada para el 23 de marzo a las 9 a.m. Cheney dijo que algunos miembros de la familia de Wayne se comunicaron para estar presentes en la sentencia.

Sería una oportunidad de pasar la página para la familia y hacer justicia a un hombre “despreocupado” que habría cumplido 61 años en octubre pasado, que siempre tenía una broma que contar, pero que se había quedado sin hogar y que es cierto que era “propenso a vivir la vida de una botella de alcohol a la siguiente,” dijo Cheney en su alegato final ante el jurado.

“Este era un hombre del que no sabemos mucho, del que sabíamos poco sobre su familia, sus amigos o aquellos que podrían haberlo extrañado y llorado por él,” dijo.

La evidencia presentada en el juicio, y según la propia admisión de Torreyson, los juntó la noche del 19 de junio del 2018 después de que Wayne ganó un boleto de lotería de raspar y buscaba celebrarlo con un poco de vodka “y quizás con un poco de whisky de canela,” argumentó Cheney.

Poco sabía Wayne que su decisión de vincularse con Torreyson, quien según los testigos del caso parecía estar muy enojado ese día porque le habían robado algunos artículos, sería mortal, afirmó Cheney.

Wayne fue encontrado muerto la mañana siguiente por los trabajadores del concesionario Subaru, donde aparentemente los dos habían estado bebiendo en una pequeña mesa de picnic al aire libre, con la cara golpeada más allá del reconocimiento. La autopsia reveló que tenía el cuello roto.

Las huellas de botas ensangrentadas se dirigían de la escena en dirección al campamento cercano de Torreyson debajo de un puente de la Interestatal 70, por el río Colorado. La policía también identificó un pañuelo encontrado en el lugar que pertenecía a Torreyson, quien fue ubicado en su campamento más tarde la noche del 20 de junio del 2018, junto con las botas ensangrentadas y la ropa manchada de sangre que el video de vigilancia en una licorería de West Glenwood mostró que había estado usando la noche anterior.

También en el campamento de Torreyson había una mochila que pertenecía a Wayne y éste se encontraba en posesión de $42 que posiblemente pertenecían a la víctima—motivos potenciales en el caso, dijo Cheney.

“Esa fue una golpiza deliberada, violenta y mortal, y el acusado sentado aquí en esta sala es el asesino,” afirmó.

Durante todo el juicio, Torreyson había tratado de decir que había demasiadas inconsistencias en la evidencia para culparlo del crimen, y que cree que alguien lo incriminó.

Afirmó que dejó a Wayne solo después de que Wayne se desmayó en la mesa de picnic, y que el asesinato debe haber ocurrido después, cuando estaba de regreso en su campamento y dormido.

“Este caso me ha consumido de maneras que ni siquiera puedo imaginar,” dijo Torreyson al jurado, refiriéndose a sus frustraciones con los abogados defensores y su decisión final de representarse a sí mismo.

Si los investigadores hubieran reunido más evidencia en video, podrían haber visto a alguien más alejarse de la escena, dijo.

El asistente del fiscal de distrito, Ben Sollars, dijo en sus comentarios finales que, en lugar de revisar la evidencia para tratar de encontrar pistas que conduzcan a otro posible asesino, Torreyson estaba “aceptando desesperadamente el hecho de que acabó con la vida de Keith Wayne … una razón muy, muy tonta.”

Traducción de Edgar Barrantes. Te puedes comunicar con el Reportero Sénior/Editor Gerente John Stroud al 970-384-9160 o jstroud@postindependent.com.