El sol brillaba, la arena estaba caliente y Kaylee Molina, de la preparatoria Glenwood Springs, estaba a un punto de lograr la mayor victoria de su joven carrera. Un último golpe después, la futura estudiante de último año de las Demons finalmente pudo proclamarse campeona nacional.

Molina, junto con su compañera de equipo de la preparatoria Battle Mountain, Cynthia Oronoa, ganó el Campeonato Nacional de Voleibol de Playa de los Estados Unidos en la División Americana Femenina Sub-18 el 21 de julio en Virginia Beach, Virginia.

Para Molina, quien ha soñado con jugar voleibol al más alto nivel desde que empezó a practicar este deporte, la victoria fue un momento clave.

“Fue una experiencia fantástica,” dijo Molina. “Llegar al nacional ya es bastante difícil, así que solo queríamos jugar con todas nuestras fuerzas.”

La pareja terminó con un récord de 6-0 en la fase de grupos antes de superar con fuerza las rondas eliminatorias para alzarse con el título. Habían quedado subcampeonas en el campeonato nacional del 2024, y Molina comentó que esa experiencia esta vez le ayudó a ella y a Oronoa a mantener la calma.

“Cuando quedamos en segundo lugar el año pasado, nos dio mucha confianza en nosotras mismas,” dijo Molina. “Este año, al seguir ganando, pudimos empezar a disfrutar la medalla.”

Molina y Oronoa viven a más de una hora de distancia y solo llevan dos temporadas jugando juntas, pero su química ha sido evidente desde el principio, dijo Jason Obreque, entrenador de playa de United Volleyball Club of the Rockies.

“Cuando las juntamos, fue como si hubieran sido compañeras de equipo desde siempre,” dijo Obreque.

Molina dijo que forjar una amistad fuera de la cancha fue tan importante como el tiempo que pasaron en ella.

“Nos hemos vuelto más cercanas en los últimos dos años, no solo dejando que el voleibol nos una, sino también fuera del deporte,” dijo.

Obreque añadió que ambas se comunican a menudo en español durante los partidos y comparten una conexión cultural que las une aún más.

“Creo que el hecho de que ambas sean latinas ayudó a construir otro nivel de camaradería,” dijo.

Obreque comentó que la mayor diferencia este año fue cómo Molina y Oronoa manejaron la presión.

“Había mayores expectativas,” dijo. “Ya habíamos pasado por eso, así que durante el tercer día nos enfocamos en los detalles y en controlar lo que pudimos. Les recordamos: ‘Sabemos cómo se siente esto, ya hemos pasado por esto antes, así que aprovechemos el momento y hagamos las cosas bien.'”

Ese enfoque constante las llevó a las rondas finales y, finalmente, al título.

El campeonato marca un gran avance para Molina, quien ahora está atrayendo el interés de los programas universitarios de voleibol de playa.

“Estoy muy orgullosa de ella,” dijo Obreque. “Kaylee ha superado todas nuestras expectativas y ahora se nos abren puertas gracias al arduo trabajo que ha realizado entre bastidores.” Brittany Chilson, entrenadora principal del equipo universitario de voleibol de Glenwood Springs, afirmó que Molina ha sido una líder para las Demons y una fuerza en la cancha.

“Kaylee es una atleta increíble,” dijo Chilson. “Es muy fácil de entrenar, y si quiere algo, lo persigue con entusiasmo. Todo el mérito es de Kaylee y Cynthia por su arduo trabajo, y de sus entrenadores de playa por ayudarlas a desarrollar sus habilidades.”

Molina comentó que ha aprendido a seguir los consejos de tantos entrenadores como sea posible y a usarlos para seguir mejorando.

“Escuchar diferentes perspectivas me remueve la memoria cada vez,” dijo. “Cada entrenador tiene una visión diferente del juego, y cuando te dan nuevas técnicas e ideas, te ayuda a crecer como jugadora. Solo tienes que estar dispuesta a aprender algo nuevo.”

Con un año más de voleibol en la escuela secundaria y en el club, Molina está decidida a seguir aprovechando su impulso y a llevar lo aprendido al Programa de Voleibol de los Demons de Glenwood Springs.